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¿QUÉ SON LAS CÉLULAS MADRE?

Las Células Madre

son las células maestras del cuerpo.

Son las responsables de nuestra habilidad natural para reparar cualquier daño; son capaces de multiplicarse y de cambiar a cualquier tipo de célula. No todas las Células Madre son iguales y tienen amplias habilidades diferentes. Dos tipos de Células Madre actualmente usadas son las Mesenquimales y las Hematopoyeticas. Estos dos tipos distintos de Células Madre se encuentran en lugares distintos del cuerpo y sus aplicaciones terapéuticas son completamente distintas.

Células Madre Mesenquimales (CMM/MSC) son células madre adultas de gran potencial. Estas células que se encuentran en los dientes así como en la médula ósea y en grasa, pueden convertirse en una gran variedad de células en un laboratorio; tales como: células adiposas, cartílago, hueso, tendón y ligamento, músculo, piel e incluso nervios.

A diferencia de otros tipos de células madre adultas las Células Madre Mesenquimales provenientes de dientes pueden expandirse/ multiplicarse en grandes cantidades para usos médicos. Esta habilidad las hace el candidato ideal para uso en reparación/regeneración de tejido humano. Han sido exitosas en el uso para regenerar tejido humano al igual que tejido animal sin ningún problema. Pueden regenerar y reparar hueso, cartílago, músculo, piel, corazón y tejido nervioso. Las CMM primero se detectaron en la médula ósea y desde entonces han sido exitosas en el uso de terapias en humanos para reparación cardiaca, regeneración de hueso, transplante para reemplazo de tráquea, regeneración de hígado y tratamiento para diabetes; son sólo algunas de sus aplicaciones.

Estas células son capaces de distintos procesos benéficos para el cuerpo como desinflamar algún tejido o músculo que lo esté, modulan el sistema inmunológico para que el sistema de defensas funcione de una manera óptima.

Activan la renovación celular al ayudar a limpiar los deshechos de las células muertas y promueven la renovación celular de los tejidos y los órganos.

Generan la comunicación celular liberando moléculas que estimulan la formación de células nuevas y estabilizan su función. Fomentan la Regeneración ya que éstas migran a las zonas necesitadas, reclutan a otras CMM del organismo y “despiertan” a células en estado quiescente para aumentar la capacidad regenerativa y emitir factores de crecimiento para la regeneración.

Tienen efectos antibacterianos combatiendo las invasiones bacterianas de forma directa y reducen las posibilidades de alguna infección. Por último, promueven la formación de nuevos vasos sanguíneos y revitalizan los tejidos.